15 de mayo de 2011

Ya no tengo tu cigarro en desayuno, y aprendí a echarlo de menos, te lo juro.
Ya no tengo tu mejilla y su deseo de sentirle a mi nariz su alma de hielo.
Ya no tengo aquél susurro que avivaba el fueguito de una voz avergonzada.
Ya no tengo la fruición de la mañana, de rogarte que despegues de la cama.
~ YA NO TENGO TU SOLCITO EN MI HABITACIÓN ~
"Se ha instaurado una ilusa ilusión de un olvido (tuolvido) repentino burlando a un tiempo lerdo"