11 de enero de 2012

Quédate quieto, mírame a ciegas y adivina que te respiro. Eres aire en los pulmones, una sonrisa de acierto. Un mutuo alivio, estar aquí y que estés conmigo. Nada de espejismos; eres tan real como siempre te imagino. Y te imagino si no estás, y te noto el corazón alterado cada vez que te toco, y sonrío.
Descansa tus dedos sobre los míos, suspirá -como siempre lo hacés- , llega hasta mí aunque no te vea. Piénsame, persígueme entre líneas, piérdete en mis palabras y encuéntrame al final de cada punto y seguido, que no hay tiempo perdido si ya estás en mi camino, que el reloj se paró el décimo día del último mes del dos mil diez.
Enamorémonos despacito, y no agradezcas todo lo que te he escrito, que hay muchas frases que no digo, y aire que aún no hemos compartido. Ya no hay prisa, pero sí impaciencia en todo lo que decimos. Y es que, cuando llegás, alumbras dos corazones de un solo tiro.
Juguemos al ‘nosotros’; quédate conmigo. Respírame siempre, acaríciame cuando te miro. Mírame aunque te diga que no lo hagas. Haz que enrojezca, incluso cuando no esté permitido. Haz que vea la luna, cada día, de un modo distinto. Que diciembre será siempre, y que estés conmigo es todo lo que pido.

6 de enero de 2012

Te miré a los ojos y supe que habíamos cambiado, seguramente a peor. Seguramente a peor porque ya no nos duele mirar y que no haya nada, o porque ahora siempre estamos rendidos. Seguramente a peor, que es lo mismo que ya no importarnos y que escapar corriendo. Pero eso no fue lo más importante, porque a pesar de todo te miré a los ojos..y estabas conmigo. Todo ese tiempo que pasaron lejos nuestros cuerpos, estabas conmigo. Nunca dejaste de estar al lado mío, nunca dejaste que se acabe el amor. (Seguís siendo TODO en mi VIDA, dijiste)
.
- Y no te vayas nunca, porque un día cambiaremos a mejor. -
No corras si te llamo de repente. No te vayas si te grito: -piérdete!- A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después. Se aferra el corazón a lo perdido, los ojos que no ven miran mejor. Vivir sin ti, es dormir en la estación. Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte, que no salgo a buscarte porque sé que corro el riesgo de encontrarte. Que me sigo mordiendo noche y día las uñas del rencor. 
- QUE TE SIGO DEBIENDO TODAVÍA -

5 de enero de 2012

Tu corazón latía por mí. Y un día paró. Fue arrítmico. Cambió de protagonista su centro, y comenzó a latir de nuevo. Y amaste a otra.

(desde ese momento dejó de latir el mío)