Me da mala espina, nunca estás del otro lado... me dejás hablando sólo como un tonto, como un chico.

Tu n'as rien à me dire

¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar, mi chico de ojos tristes? 

(me muero por tener un hijo tuyo) 

Vas prendido en todos mis sentidos.

Yo cuento las ovejas, y el cuenta la lana. ¿O será que mis ganas se pueden tejer? Llevo entre sueños una pesadilla, y entre los dientes un despertador.

Cuando los sueños son de tal calibre,

no hay despertador que los pueda bajar.

Y pensar que pensaban que nada importaba. Y que había tanto por perder que nunca apostaron nada. Y no se lastimaron. No llegaron a nada. No tuvo los huevos para quererme como se quiere cuando se quiere tanto que te hace doler.