28 de febrero de 2013

Me levanto bien temprano. Te pienso. Miro el celular y calculo la hora en tu ciudad. En nuestra ciudad. Pienso en si ya te habrás levantado. Reviso el buzón de entrada. Nada. Te escribo que me voy y bajo al lobby. Miro nuevamente el celular. Me siento a desayunar y miro otra vez el celular, dejándolo en la mesa por si se enciende alguna luz y yo no estoy pendiente. Hablamos un ratito, entrecortado, frases cortas y muy poco amor. Bajo a la playa, meto el celular en el bolso. Me acuesto en la cama y agarro el celular, no hay mensajes. Entro a redes sociales, no hay mensajes. Te pienso. Voy hasta la orilla, me siento, y te pienso. Escucho música y te pienso. Pasa la tarde, vuelvo a la habitación... no hay mensajes. Te mando yo, me conecto y hablamos. Charlamos de todo lo que pasó en el día. Y  después peleamos. Me enojo yo, o te enojas vos. Y ahí te pienso el triple. Y me lleno de bronca porque en ese momento, miro tres veces por minuto el celular. Y nada. Y aflojo. Se me pasa porque pienso en vos y a pesar del enojo o la tristeza, sonrío. Y te mando un msj de trescientos renglones. Y me voy a acostar. Te pienso. Me duermo. Te sueño. Hasta mañana!

- es que quiero que me hagas saber que el dolor que sentimos los dos es igual de fuerte porque no tenemos abrigo por media quincena -

(y me siento idiota por tener que pedirlo, pero prefiero escribir o decir lo que me pasa)

6 de febrero de 2013


Y entre tantas sonrisas, pasa de tanto en tanto un viento que se lleva todo. No digo que no me guste un poco de aire, pero yo respiro mejor cuando duermo al lado de él. Y capaz perdimos un poco esas ganas, ya no sentimos la misma intensidad, pero el amor está, ahí quietito, pero está. Y tantas veces lo volvimos a intentar, tantas veces nos renovamos y volvimos a agarrarnos la mano con más fuerzas que la vez anterior, que nadie en este lugar puede dudar de que nos amamos incondicionalmente. No importa el momento, la situación, el contexto, las ganas, el dolor, las ausencias y las dolencias de cada uno, siempre te amo.
Y si un día llega la hora de parar, te voy a seguir amando igual... y todos los días espero escucharte decir que me amás. Todos los días espero sentir que me prestas la atención que yo pretendo. Todos los días espero que dependas de mí como yo dependo de vos.
Pero con facilidad escupe siempre la misma frase: "si buscas un hombre perfecto vas a esperar toda la vida". Pero él no sabe que para mi el unico que puede ser perfecto es él. Los demás perdieron esa capacidad cuando él fue el primero que me demostró que se puede amar hasta con el dedo gordo del pie. Que se puede reír con los huesos. Y besar con las manos. Y amarnos con una mirada. Es que en realidad nacimos para que uno termine de perfeccionar al otro.Después de dar mil vueltas con mi incipiente necedad, pude concluir en que son grandes mis deseos de perfeccionarme para él. Todo lo que surja aunque llegue a molestarme, lo puedo cambiar. Porque para él puedo cambiar el mundo. Él me hizo sentir amor. Aprendo a comer sin hacer ruido, a dejar de comerme las uñas, y a ordenar la ropa después de usarla. Aprendo todo, pero no te vayas nunca.

5 de febrero de 2013


Sé que el frío llegará antes que mis razones y que no habrá excusas. 
 .
Cada vez que te despides dejas atrás no solo tus huellas sino también mis ganas. Yo no puedo con todo, de hecho yo nunca pude con todo. Me gusta verte por las mañanas y pensar "estás precioso" y saber que en la incertidumbre vive el riesgo, y en el riesgo todo aquello que podemos llegar a merecer. 
¿Y cuando llegue el día en que ya te lo haya escrito todo, qué? 
Tal vez entonces, por fin, empezaremos a hablar de lo nuestro.